
El impuesto de circulación, también conocido como Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), es un tributo anual que deben pagar los propietarios de vehículos matriculados en España. Este impuesto, gestionado por los ayuntamientos, está destinado al mantenimiento de infraestructuras locales.
Conocer cómo funciona y cuáles son tus obligaciones es esencial para evitar problemas legales y administrativos. En este artículo, te explicamos qué es el impuesto de circulación, a qué vehículos afecta, cómo y cuándo se paga, así como las consecuencias de no abonarlo a tiempo.
¿Qué es el impuesto de circulación?
El impuesto de circulación grava la titularidad de los vehículos aptos para circular por vías públicas. Este tributo debe abonarse cada año, y su importe se calcula en función de varios factores, como la potencia fiscal del vehículo y la normativa local del ayuntamiento donde esté registrado. Además de ser obligatorio, es un requisito esencial para mantener el vehículo en regla.
Este impuesto no depende del uso que hagas del vehículo, por lo que incluso si lo tienes estacionado permanentemente, deberás pagarlo. Existen, sin embargo, algunas excepciones específicas para ciertos tipos de vehículos, como veremos más adelante.
¿A qué vehículos les corresponde pagar?
El impuesto de circulación afecta a la mayoría de vehículos matriculados en España, como:
- Turismos y motocicletas.
- Camiones, furgonetas y vehículos industriales.
- Autobuses y otros vehículos de transporte colectivo.
Excepciones:
Algunos vehículos están exentos de pagar este impuesto, entre ellos:
- Vehículos agrícolas utilizados exclusivamente para actividades relacionadas con la agricultura.
- Vehículos históricos con más de 25 años de antigüedad.
- Vehículos adaptados para personas con movilidad reducida o destinados al transporte público de pasajeros.
Consulta las normativas locales de tu municipio para verificar si tu vehículo puede beneficiarse de estas exenciones.

¿Cuándo se paga el impuesto de circulación?
El pago del impuesto de circulación se realiza anualmente. Aunque el periodo exacto varía según el ayuntamiento, normalmente el plazo de pago se sitúa entre abril y junio.
En el caso de una compra o venta de un vehículo, el impuesto se prorratea entre el comprador y el vendedor, repartiéndose la carga fiscal según la fecha de la transacción. Antes de transferir la titularidad, es fundamental comprobar que el impuesto esté al día, ya que las deudas pendientes podrían generar problemas.
Si has domiciliado el pago, este se cobrará automáticamente en la fecha correspondiente, facilitando la gestión y evitando recargos por olvido.
¿Cómo se paga el impuesto de circulación?
Existen varias formas de abonar este tributo, dependiendo de las opciones que ofrezca cada ayuntamiento:
- Domiciliación bancaria: Es la opción más cómoda, ya que el pago se realiza automáticamente cada año.
- Pago presencial: Puedes acudir a las oficinas del ayuntamiento o a bancos colaboradores con el recibo correspondiente.
- Pago online: Actualmente, muchos municipios ofrecen plataformas digitales para realizar el pago de manera sencilla y rápida.
H3: Pagar el impuesto de circulación por internet
El pago online es una de las formas más rápidas y eficientes. Para realizarlo necesitarás:
- El número de matrícula del vehículo.
- Los datos del recibo del impuesto.
- Una tarjeta de crédito o acceso a tu cuenta bancaria para completar el trámite.
La mayoría de ayuntamientos cuentan con una sección específica en su página web para este propósito. También puedes utilizar plataformas de pago habilitadas para realizar este tipo de gestiones.
¿Qué precio tiene el impuesto de circulación?
El precio del impuesto de circulación varía según:
- La potencia fiscal del vehículo, que se mide en caballos fiscales.
- El tipo de vehículo: motos, coches, camiones, etc.
- Las ordenanzas fiscales de cada ayuntamiento.
En general, para un turismo estándar, el coste puede oscilar entre 20 € y 200 € anuales. En el caso de motocicletas, camiones o autobuses, los importes pueden ser mayores debido a su potencia o características. Para conocer el precio exacto, consulta la web del ayuntamiento donde esté registrado tu vehículo.

¿Qué ocurre si no pagas?
No pagar el impuesto de circulación tiene consecuencias legales y económicas:
- Recargos: Si no abonas el impuesto dentro del plazo, se aplicarán recargos por demora que aumentan con el tiempo.
- Embargos: Los ayuntamientos pueden embargar bienes o cuentas bancarias para recuperar el importe adeudado.
- Impedimentos administrativos: No podrás realizar trámites como la venta del vehículo o su baja hasta que regularices la situación.
Cumplir con el pago del impuesto de circulación no solo es obligatorio, sino que garantiza que tu vehículo esté en regla y evita complicaciones legales. Si tienes dudas, contacta con tu ayuntamiento para resolverlas a tiempo.
Este artículo te proporciona toda la información necesaria para entender qué es el impuesto de circulación y cómo cumplir con esta obligación fiscal. ¡Evita sanciones y mantén todo al día!